Queremos comenzar agradeciendo a todos los colectivos que, una vez más, han sostenido el servicio que permite a ENAIRE seguir prestando las funciones CNS, ATM, ATS y AIS, incluso en situaciones excepcionales como la reciente crisis energética.
Especial mención merecen los ingenieros y técnicos de energía, climatización y ATSEP, quienes han estado al pie del cañón, 24 horas al día, asegurando que los sistemas críticos continuaran operativos. Gracias a su entrega y profesionalidad, se evitó que el apagón tuviera un impacto importante en la operativa.
Lo ocurrido ha dejado aún más claro lo que desde FSAI venimos defendiendo desde hace tiempo: los técnicos e ingenieros de energía y climatización deben ser reconocidos formalmente como parte del colectivo ATSEP. El tipo de trabajo que realizan, el conocimiento técnico que aplican y su papel clave en el mantenimiento de los sistemas CNS en situaciones críticas los sitúa, sin ninguna duda, dentro del ámbito ATSEP. No es solo una cuestión de justicia, sino de coherencia con la realidad operativa.
Hace apenas unos días, en una reunión con la dirección de ENAIRE, FSAI, desde su representación en CSPA, recordó que la organización está obligada —según el reglamento 373 y sus propios manuales— a proporcionar formación en emergencias. Esta formación debe ser teórica, práctica e incluir simulacros. Desde ENAIRE se nos argumentó que dicha formación va incluida en las llamadas “Mesas Redondas”.
Que esa formación, sin casos prácticos y en grupos tan heterogéneos, se dé por suficiente, es un disparate.
Una vez más, la plantilla ha respondido sin la preparación ni los recursos adecuados, sin simulacros y sin formación específica. No por arte de magia, sino por pura responsabilidad profesional y experiencia acumulada. Pero esto no puede seguir así.
Es indignante que un colectivo tratado como “uno más” en el convenio sea el que sostiene la infraestructura cuando las cosas se complican. Siempre se acude a nosotros cuando todo falla, pero luego se nos niega el reconocimiento cuando a la empresa le corresponde.
La entrega de este personal no es una anécdota: es un pilar. Y ya es hora de que eso se refleje en hechos, no solo en palabras
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