EL VERDADERO VALOR DE CADA ACCIÓN DE AENA

COMUNICADO DE LA CSPA

 

Logo CSPAEl próximo miércoles día 11 de febrero es la fecha fijada para el inicio de la cotización de Aena en Bolsa. Los pronósticos a corto plazo se cumplieron, aunque parece ser que finalmente Ferrovial, TCI, e incluso la Corporación Financiera Alba que ofreció un precio más ajustado, pueden dejar el núcleo duro de Aena al quedar sus ofertas por debajo del precio final fijado para las acciones, que oscilará entre los 55 y los 58 euros.

 

Salvo acuerdos de última hora, todo indica que será nada menos que el 41% del capital de Aena el que se negocie en bolsa, y entre los inversores institucionales interesados, se encuentran conocidos fondos anglosajones como Fidelity, BlackRock, Wellington, Templeton, o el multimillonario especulador norteamericano George Soros.

 

A este respecto, creemos que merece la pena rescatar un párrafo leído en una publicación especializada del sector económico, y que demuestra a las claras cual es el interés real que tiene Aena para los inversores: “Hay 7-8 aeropuertos que mantienen a 30 totalmente ineficientes y hasta que esto no esté en manos privadas no serán capaces de meter el cuchillo al balance de Aena, cerrar aeropuertos y reordenar el tráfico en España” (Estrategias de Inversión)

 

En este mismo sentido, encontramos en el diario Expansión lo siguiente: “Ferrovial se presentó al concurso para ser inversor ancla pese a estar en contra del modelo de privatización elegido por el Gobierno. En el entorno del grupo apuntan que su presencia estaba motivada por la insistencia que se hizo desde Moncloa”.

 

No decimos nada nuevo al afirmar que Ferrovial aspira desde hace tiempo a tener el 100% de la gestión de Aena, ya que en ese sentido se han pronunciado en distintos medios. Además, esa futurible posición preponderante en Aena le serviría de plataforma para ampliar su participación en el negocio de la prestación de Servicios de Navegación Aérea a través de su filial FerroNATS.

 

Si a esto le añadimos el informe presentado en su momento por la Comisión Nacional de la Competencia, en el que se desaprueba el modelo de gestión actual de Aena y recomienda la privatización total de la gestión y el cierre de aeropuertos, queda sobradamente probado que este en apariencia “inocente” paso de privatizar el 49% de Aena, por desgracia, no será el último.

 

índicePero esos 150 millones de títulos que muy pronto serán negociados, llevan consigo algo más que su simple valor de cotización en Bolsa. Lo que en realidad llevan implícito es un pedazo de la historia reciente de una industria que contribuyó al crecimiento y desarrollo de nuestro país y que hoy nos vamos a dejar arrebatar.

 

 Si repasamos la historia de la Aviación en España, ya desde sus orígenes, a principios del siglo XX, seguramente tendremos muchas referencias acerca de aquellos incipientes “campos de vuelo” que fueron mudos testigos de buena parte de los hitos de la aviación española en aquel tiempo. Muchos de aquellos campos que, con el correr del tiempo, serían los primeros aeropuertos españoles. Nuestra geografía está salpicada de nombres de gran relevancia histórica que fueron, y de hecho algunos aún lo siguen siendo hoy en día, los primeros aeropuertos desde donde se inició el desarrolló de la industria de la aviación y del transporte aéreo en España.  

 

Nombres como Cuatro Vientos, Barajas, Getafe, El Prat, Son Bonet, Tablada, Sondica, Gando, El Rompedizo, Manises… todos ellos nos evocan los tiempos de los pioneros de la aviación española.

Aquellos campos fueron testigos de los primeros pasos de lo que, por ejemplo, pronto sería una de las más antiguas fuerzas aéreas del mundo; o de la fundación de las primeras factorías de construcción de aeronaves; de la creación de las primeras compañías aéreas como CETA o Iberia, que aún perdura. Sus primeros vuelos comerciales, abrieron rutas que competían casi en el tiempo con los grandes raids, vuelos singulares que llevaron a aeronaves y pilotos a cruzar océanos y continentes en aeronaves en las que hoy muchos tendríamos cierta aprensión a subir. Todos estos hitos y auténticas hazañas tuvieron lugar, despegaron y aterrizaron desde aquellos primeros aeropuertos españoles.

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Estos mismos aeropuertos que vivieron también más tarde las consecuencias de la Guerra Civil y su posterior reorganización de la mano de la Subsecretaría de Aviación Civil, dependiente entonces del Ministerio del Aire. Aeropuertos que fueron pieza clave en el boom del turismo en los años sesenta, cuando se produce su definitivo despegue con la renovación de los más antiguos y la construcción de nuevos aeropuertos, anhelo de todo Gobernador de la época para su provincia, y que ya contaban con los primeros planes directores.

 

Y no olvidemos que junto a estos aeropuertos surgieron nuevas compañías aéreas, auténticas pioneras de la aviación chárter en España como TAE, Aviaco o la inolvidable Spantax. Todas ellas fueron la cantera de la que surgió una nueva generación de compañías aéreas en los años ochenta de la cuales, lamentablemente, sólo Air Europa es la única que sobrevive con su misma denominación social. 

 

Pero será con la desaparición del Ministerio del Aire cuando se crea el Organismo Autónomo Aeropuertos Españoles (OAAN), el cual a su vez con el correr del tiempo fue el germen, junto con la Dirección General de Aviación Civil, dependiente en aquel entonces del Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones, de lo que a partir del año 1991 se pasó a denominar Aena (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea), con la posterior fusión de los profesionales provenientes de ambas partes, unión plasmada en los sucesivos convenios colectivos.

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La creación de Aena, hace ya más de veinticinco años, marca el inicio de un nuevo modelo de gestión aeroportuaria y de servicios de Navegación Aérea. Ya como ente público, la gestión de Aena vivió diferentes etapas, según fuera el color del gobierno de turno, que marcaron claramente su destino. Así como los primeros años fueron los que marcaron la diferencia con los antiguos organismos y en los que se vivió una época de modernización en general, las últimas etapas marcaron un endeudamiento progresivo, justificado en algunos casos y reprobado en muchos otros, que se vio agravado por la crisis económica de finales del la primera década del siglo XXI. Y mientras tanto sus trabajadores, profesionales divididos en diferentes categorías laborales, no dejaban de ser, según palabras de varios de sus presidentes, “el mayor activo de la empresa”.    

 

Pero la excesiva intervención política en la gestión de Aena hizo que primaran los intereses electorales sobre los meramente empresariales, llevándola a endeudarse de tal manera que tuvo que llevar a cabo un duro proceso de ajuste económico a finales del 2012, a través de un Plan de Viabilidad Aeroportuario, que incluyó un mal llamado Plan Social de Desvinculaciones Voluntarias (PSDV) que no dejó de ser nada más que un ERE encubierto, para más de 1.200 trabajadores de la Empresa Pública.

 

Sin embargo, la Confederación de Sindicatos Profesionales Aéreos (CSPA) no viene hoy a hablaros del pasado, de huelgas o movilizaciones, de eso ya se encargan los sindicatos que marcan el paso en la Coordinadora Sindical Estatal (CSE), porque se supone que se encargan de ello, ¿O no?

 

Quizá ya quedó pactado todo en el 2011, y que la aceptación del famoso Acuerdo de Garantías traía como consecuencia el tener que tragar con un futuro proceso de privatización parcial. Quizá el problema sea que lo negociaron con un gobierno cesante, y que el actual se agarra a ello como a un clavo ardiendo. Todas estas dudas surgen a la vista de la incomprensible desunión que hay hoy entre los sindicatos de la CSE a la hora de negociar o desenterrar el hacha de guerra. Vemos que se reacciona tarde y de manera tibia cuando más presión hay que hacer, máxime cuando ya desde el verano pasado se conocían las verdaderas intenciones del Gobierno.

 

Finalmente, y como viene siendo habitual desde el año 2010, son los Comités de Centro locales los que están saliendo a dar la cara por sus respectivos trabajadores, casi sin apoyo de sus sindicatos o con su reprobación silenciosa. Es triste decirlo, pero ya es tarde. Y si hay algo más temerario, si aún cabe, es hacer oídos a propuestas populistas, tan en boga últimamente, que prometen lo que serán incapaces de cumplir, o que de hacerlo conllevaría consecuencias mucho mas graves.

 

A pesar de que muchos denominarían esto un “brindis al sol”, la CSPA manifiesta una vez más, mediante el presente comunicado, su oposición total a la privatización de Aena. Los verdaderos responsables, los que tienen guardadas a buen recaudo en los armarios de la CSE las copas y el vino para brindar, y que podrían de verdad haber tomado cartas en el asunto en su momento, harían mejor en preocuparse por el futuro que nos espera.  

 

Así las cosas, la CSPA acusa tanto a los últimos gobiernos del PSOE como a los del PP, sucesivamente, de querer hacer “caja” y sacar rentabilidad electoral a costa de la venta de Aena, la “joya” de las empresas públicas españolas, una empresa con un ingente patrimonio material en cuanto a terrenos y edificaciones, a parte de un gran patrimonio cultural, y que dentro de una semana saldrá a la venta en Bolsa por un valor muy inferior al que realmente tiene.

La CSPA les acusa también de tomar decisiones empresariales temerarias, como la creación de Aena Aeropuertos SA, y la segregación de los activos de Navegación Aérea que conducirán, en el siguiente paso, a la privatización de los Servicios de Navegación Aérea prestados por ENAIRE, tal y como ya sucede en 12 Torres de Control. Todo con el fin de hacer más “bonito” el paquete de Aena Aeropuertos SA, que en su momento intentaron colocar de manera fallida.

 

Acusamos tanto a la clase política como a algunos medios de “desinformación”, de mentir de manera interesada a la opinión pública para ponerla en contra de nuestra empresa y de sus empleados, tal y como sucedió durante el conflicto con Control en el año 2010. No olvidaremos aquí que últimamente también está de moda culpar a Aena y a sus “aeropuertos no rentables” (Ciudad Real, Castellón, Lleida-Alguaire y Murcia-Corvera SIEMPRE incluidos en el paquete, a pesar de NO pertenecer a la red de Aena) de ser prácticamente la culpable de los males de la economía española.

 

En este tema cuentan con el coro de la muy diversa fauna de los incondicionales gurús de la economía: tertulianos-economistas, grupos de presión disfrazados de “Escuelas de Negocios”, las “infalibles” agencias de calificación, los escritores de temas económicos y de libros de “autoayuda”, y otros pseudoprofesionales del sector que, paradójicamente, no vieron venir la crisis hasta que no les dio un sartenazo en sus mismas narices. Y hoy, son esos mismos los que ahora se permiten el lujo de dar lecciones acerca de cómo privatizar y gestionar Aena. Solo nos queda añadir aquí el castizo “manda huevos”.

    

Lo cierto es que Aena como Entidad Pública Empresarial se ha autogestionado siempre, y no ha costado un duro al erario. Si algo finalmente ha salido de dichas arcas ha sido a causa de las inversiones a fondo perdido que ha habido que hacer frente para contentar a algún cacique autonómico o local de cualquier color político. Sus fuentes de financiación son las tasas que se cobran por los servicios que se prestan tanto en el ámbito de Aeropuertos como en el de los Servicios de Navegación Aérea.

 

Por todo lo visto hasta ahora, una vez más queda demostrado que son únicamente las razones políticas las que van a llevar a la venta del 49% de Aena en un primer, pero no último, paso. Con los ingresos obtenidos en esta OPV se maquillarán los resultados económicos de cara a las próximas Elecciones Generales.

 
 

Dudamos mucho que poner el 49% del capital de una empresa en OPV y prometer dividendos equivalentes al 50% de los beneficios sea lo que Aena necesitara justo en este momento en el que el tráfico aéreo parece que quiere recuperarse. Una vez más, la clase política no deja a Aena gestionarse eficientemente, como demostró en el pasado. El problema no reside pues en ser o no una empresa pública, sino en que la dejen ser una empresa bien gestionada, y no el cortijo del partido en el gobierno de turno.

 

Mediante éste comunicado hemos querido transmitir cual es el verdadero valor de Aena, independientemente de lo que nos diga la empresa, la prensa especializada, las entidades colocadoras, la CNMV y el resto de la corte de palmeros neoliberales.

 

Este es el verdadero valor de una empresa pública con vocación de servicio al ciudadano, que hasta ahora ha prestado un servicio de calidad y proximidad, y que se acabará en menos de una semana.

 

Por todo lo anterior, la CSPA dice una vez más, NO A LA PRIVATIZACION.

 

Y mientras tanto, seguiremos defendiendo los intereses de los profesionales de Aena y ENAIRE, sea cual fuere el marco legal en el que se encuentren.

 

                                                                                            secretario general

 

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Airbus 319 de Iberia en el vuelo conmemorativo del 80 aniversário de la compañía, pintado con la librea de los  50, sobrevolando la pista del Aeropuerto de Cuatro Vientos con la primera torre de control al fondo, también conocida como «torre de señales» construida a principos de los años veinte. Una imagen cargada de história. 

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