Hay un dicho popular que reza así: “Fíate de la Madre de Dios y no corras”, dicho este mundialmente aceptado que tiene también su otra versión, aquella que dice “Fíate de Alá pero ata tu camello”.
Este mero ejercicio de erudición literaria, esconde sin embargo una clara advertencia, la de que hay que estar alerta ante lo inesperado. También podemos tomarnos aquí la licencia de añadir que si esto finalmente ocurre, tendremos que estar listos para manejarlo.
Y esto viene a cuento, una vez más, porque que ya son ocho, tan sólo en dos semanas de enero, las veces en la que no se ha cubierto un turno en la posición de supervisión técnica de Comunicaciones en el ACC Canarias. Para un profano en la materia, o para un ignorante que sí esté en materia pero que le importe bien poco, podría quizá significar que a lo mejor no es tan relevante para la Seguridad el hecho de que esa posición este cubierta o no. Nada más alejado de la realidad. Los manuales de Seguridad Operacional están llenos de casos en los que una mala percepción, o una distracción debida a tener múltiples puntos de atención, puede llevar a que un problema pase en un unos instantes de manejable a completamente inabordable. Y esto puede ocurrir, llevado a nuestro entorno, en el caso de una plantilla insuficiente o no formada en una determinada área.
Todos los que día a día trabajamos en un Proveedor de Servicios de Navegación Aérea sabemos, o al menos intentamos difundir esta percepción, que nos jugamos mucho, y que en el entorno operativo no hay puestos más o menos relevantes para la Seguridad, todos estamos expuestos a vernos en un “mal paso” del cual sólo nos podrán sacar nuestros conocimientos y el trabajo en equipo.
Por este motivo, la última directiva de la Dirección Regional de Navegación Aérea de Canarias que busca “tapar el bache” usando personal coordinador de la Gestión Centralizada de Instalaciones–GCI- nos parece poco meditada y bastante traída “por los pelos” además de ir contra la Normativa CE. Sin estudio de seguridad operacional mediante, nos parece además muy arriesgado suponer que personal que ya tiene tareas asignadas, pueda hacerse además cargo de un área en la cual no ha sido formado, o que en caso de haberlo sido, fue en aquellos tiempos del NODO. Recordemos aquí antes de continuar, que la palabra “formación de refresco” es casi una palabra tabú en nuestra organización, más que nada porque hay aún poco que refrescar.
Ya hace un tiempo, nuestra organización señaló en un comunicado cual era el impacto que los servicios CNS tenían en la Seguridad Operacional, incluso se presentaron algunos ejemplos reales http://www.fsai.es/index.php?option=com_content&view=featured&Itemid=105&limitstart=24. A pesar de que hubo algún ‘’superdotado’’ que se tomó el caso del ILS de Samoa al pié de la letra, descartándolo de antemano y demostrando con ello un ‘’talento privilegiado’’ para interpolar las situaciones descritas en dicho comunicado a cualquier otra que pudiera ser aplicada a la actualidad, creemos que tuvo en general una buena acogida, y que describe bien a las claras la importancia de tener plantillas adecuadas, competentes y bien formadas para asegurar la prestación de los servicios CNS y garantizar en su conjunto la seguridad en la prestación de todos los servicios de Navegación Aérea.
Obviamente todos sabemos que estadísticamente puede haber más posibilidades en unos colectivos que en otros, ya porque su afección al servicio sea más directa o porque se ven más expuestos que otros a encontrarse con situaciones potencialmente peligrosas. Pero de aquí a menospreciar el riesgo por una mera componenda de ámbito laboral va un trecho muy largo.
Cada vez que se deja un servicio sin cubrir en el área de Comunicaciones en el ACC Canarias, o de GCI en el ACC Barcelona, o en algunos otros casos de los cuales tenemos conocimiento puntual (TACC/TWR de Málaga por ejemplo) abrimos una ventana, un nuevo “agujero” en la famosa lámina de queso de James Reason, aquella que nos compete a nosotros, de la cual somos responsables.
Estos “agujeros” pueden ser naturalmente también debidos a errores humanos, los cuales son de una duración ilimitada y por lo general debidos a inseguridad o cualquier otro factor no punible. En el caso que aquí nos ocupa, cada vez que se deja de cubrir un turno de un equipo de trabajo se crea una nueva condición latente, la cual puede añadirse a otras ya existentes propias del sistema y que no han sido detectadas.
Apelar a la fiabilidad y duplicidad de los sistemas por norma puede ser también un “falso amigo” a la hora de justificarse, ya que no por más duplicado y fiable que sea un sistema, si tiene una falla latente no detectada, ésta puede hacerse evidente en el momento menos esperado, como por ejemplo la caída del Centro de Control Aéreo de Canarias por un fallo de energía un fatídico domingo de 2010, que supuso la casi paralización del espacio aéreo canario y que de no haberse encontrado el GCI que detectó a tiempo la avería o cualquiera de los otros técnicos de servicio necesarios para activar el plan de contingencias, podría haber terminado en desastre.
Nuestra “receta” para el ACC Canarias a día de hoy sería la siguiente: Diálogo con las partes implicadas y búsqueda de una solución del tipo que los informáticos denominarían como “bottom – up”. Este sentido del flujo de la información, desde la base y al detalle hasta el sistema completo, se ha demostrado como el más eficiente a la hora de crear un sistema seguro y fiable, tal como debe ser la prestación de los diferentes Servicios de Navegación Aérea.
Finalmente, añadir que como organización responsable también tenemos el deber de recordar a nuestros afiliados y al resto de compañeros que, a pesar de las dificultades, tanto las habituales como las sobrevenidas por la actual situación económica por la que pasa nuestra empresa, estén siempre alerta y den todo lo mejor de lo que son capaces, con profesionalidad y conocimiento del entorno en el cual trabajan, tal y como lo vienen haciendo hasta ahora turno tras turno, jornada tras jornada durante los 365 días del año.
comité federal fsai